Calcular lo andado.

Tengo que salir y volver a mi banco habitual.
Si es que aún está libre . Porque como me temía, me han dicho que lo está
ocupando gente desconocida y no bien encarada .
Y es que ausencias causan olvidos. El que se va de Sevilla, pierde su silla.
Si fallo mucho días, con la que está cayendo. No es de extrañar que se me
considere amortizado, caducado; “caput”.
Si no aparezco por allí, los escasos veteranos que aún perduran , se apoderarán
de esa atalaya contemplativa .
Hace muy buen tiempo . Pronto llegará la invasión del caracol y a la playa.
Este año no habrá incienso ni paso corto por las calles. No habrán procesiones.
Deberían hacerse rogativas para que el Cielo se apiadara de la Humanidad
como en el séptimo sello .
Que DIOS nos libre de estos políticos que nos mal gobiernan, nos matan .
Así que tengo que salir. Y allí, quietecito ; a esperar que alguna idea, recuerdo
o conocido nos alegre el día.
Y después. Calculando lo andado, a casita en busca del arroz.
Quien mueve las piernas, mueve el corazón .

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