ERA UN ANGEL

Creía que era el llanto de un recién nacido.
Gritaba, gritaba. Y a mi me gustaba.
Pero no era un bebé. Era el timbre de la puerta.
No había salido el Sol del todo.
La claridad aún no había vencido a la oscuridad .
Abrimos. Era la enfermera que venía a hacerme la prueba del sintrón.
Así que temprano madrugó la madrugada; para bien.
El análisis, bien. Gracias.
Ya me libré del vuelva mañana o a la tarde.
Se acabó el espere, espere. Te has convertido en un bulto sospechoso, que nada
tiene que hacer salvo esperar. Y esperas, esperas, a nadie le importas .
Pero se acabó. Me iré a Matalascañas . Veré las puestas de Sol con la esperanza
de un mañana.
Pero hoy que no llueve iré en busca del banco habitual .
No me fío de los veteranos que por allí pululan . Porque es apetecible , pues
siempre tiene algo de Sol y no hace viento .
Iré, me sentaré y veré pasar la vida sonriendo...
Más de uno hará las dos preguntas de moda: ¿Como se encuentra?¿ Ya se ha
vacunado?...
Un día más, un día menos.
Mi subconsciente hoy se ha portado bien.
No era un recién nacido. Era una enfermera. Un ángel.